Buenas chic@s
Dicen que siempre hay una primera vez para todo, también dicen que alguna vez caerás en las manos de NanÍn , pues eso pasó el anterior domingo , nunca creí que alguna vez iba a participar en una carrera de montaña , después de la lesión de rodilla de hace 6 años ,tenía mucho miedo que mi rodilla no aguanté el terreno y las constantes subidas y bajadas que este deporte conlleva.
Con la esperanza de ver a las famosas “gitanillas” nos presentamos en el pueblo de Nanín ,Priego – Cuenca , Manu , Luismi , Prodi , Carabias ,Yop , nuestros anfitriones Nanín y su padre Jesús , dos corredores del club Running Park de Miguel Gordo, más 281 almas dispuestas a disfrutar de la carrera y la naturaleza .
Mi intención era clara , disfrutar del entorno y ver que posibilidades tendría yo en un hipotético cambio de asfalto a montaña. Desde un principio decidí pegarme a alguno de los ya conocedores del tema , fue así que me pegue a Prodi e intentar seguirle todo el camino .
El pueblo es precios y la carrera muy dura y ya, desde un principio, me di cuenta de que el día nos iba a ofrecer mucho de que hablar. Los primeros kms fueron de subida , nada técnicos al principio ,pero si muy duros , hasta coronar la primera cumbre , de ahí en adelante una bajada muy técnica con mucha piedra de tamaño considerable y resbaladizas , había partes donde los voluntarios se pusieron estratégicamente para echarnos una mano y no caer en la bajada.
Después llegamos hasta una carretera donde había mucha gente animando , de ahí nos encontramos con un río, que dada las últimas lluvias había crecido su cauce. La organización preparó unas canoas con unos tablones para poder pasar por ellas y así no meternos en el agua. Después tocaba subir un tramo muy empinado donde contábamos con unas cuerdas para ayudarnos en la ascensión, pasado esa parte empezó a caer una fina llovizna que a la postre se convirtió en nieve. Ya con el pasaje totalmente blanco seguimos subiendo hasta coronar la segunda cumbre donde nos esperaba el tercer punto de avituallamiento , como todo lo que sube tiene que bajar, empezamos el descenso por unos senderos que Prodi ya los había hecho en bici y se los conocía muy bien.
Nunca creí que yo fuera capaz de bajar tan rápido por la montaña, pero me pudo más la ansiedad de demostrarme que puedo, quería perder ese miedo que tenía a las bajadas montañeras; al llegar al pueblo ya la nevada se había convertido en lluvia , allí nos esperaba un buen caldo caliente , bocatas de chorizo , salchichón y jamón y algunos bollos dulces .
Después de la carrera fuimos a la entrega de premios, donde habían preparado una gran paella con su respectiva cerveza, lo mejor sin duda , también la gente del pueblo preparó rosquillas, flores de azúcar y galletas. La verdad no podemos quejarnos del trato que recibimos allí en el Priego .
Después de esta experiencia creo que poco a poco voy a engancharme más a la montaña, inclusive ya tengo pensado que la próxima será la Trébol Trail , a ver si poco a poco voy cogiendo confianza.
Saludos,
Christian