Maratón de Madrid

    Esto es un intento de crónica de MAPOMA, pero sin ganas de ser muy pesado, me gustaría plasmar mis sensaciones de esta preparación.

30 de Enero después de la media de Getafe con buenas sensaciones y una marca discreta (para lo que vendrá después) nos plantamos en la 1ª semana de febrero, donde empezaba lo duro, unas semanitas de subir y subir garabitas.

La media de Latina 1.28.30 me deja buenísimas sensaciones y las primeras conversaciones sobre lo que puede ser un gran MAPOMA.

Las siguientes semanas, han sido increíbles, tiempos en series rapidísimos a los que nunca antes había llegado.

 La media de Alcalá 1.26.28 nos deja un poco fríos a todos si bien, es una rebaja de 1.50 a mi mmp, no es la marca que te mete dentro de los márgenes para bajar de las 3 horas, con lo que las siguientes conversaciones con: Luismi, Pirri, Edu, Jero, Christian, Moi, Chema y Cuco son sobre que debo arriesgar. La charla con Luismi del jueves me termina de convencer, ritmo de salida 4:10 y a partir del 30 a luchar.

___ Después de todo este rollo (no os durmáis que viene lo bueno 😉  el día D, momento de plasmar el trabajo_____

Rubén en la feria del corredor

El viaje del barrio a la C/Barquillo con Jero  (anímate  que tomaste la decisión adecuada) y Zaida, dos grandes de esto, y no me refiero solo al atletismo que también me refiero a la vida, me suelta los nervios que arrastro desde los días previos, allí nos encontramos con Pirri y Edu. Paseo hasta el Retiro y nos juntamos con el resto de KAMPAS: Octavio, Luismi, Loreto, Rocio, Moi y todo el gran destacamento de compis del R.C, fotos de rigor y al ropero.

Kamparredores preparados para la Maratón

Se acerca la hora, bajamos a la salida me coloco en mi cajón junto con Diego, disparo y a correr.  Enseguida estamos junto a Pirri y Edu todo marcha… antes de Nuevos Ministerios se une Manolo a la grupeta, ya estamos todos.

Grupeta Kamparredora

Tras unos cuantos km de conversaciones sobre los ritmos que marca el GPS de cada uno, llegamos al km 15, primer punto donde estará Toñi, mi «community manager» y mi TODO.

     Pasamos la parte chula de la carrera: Callao, Sol ,Plaza de Oriente y enseguida la media 1.29.10 vamos muy cortos para el sub3. En la bajada del parque del oeste se rompe el grupo, Edu y Diego hacen parada técnica y Pirri se me escapa…

Avenida de Valladolid y las sensaciones no son las mejores, a lo lejos veo a Christian que me indica que a la derecha esta Toñi y me grita: “CARRERÓN RUBÈN CARRERÓN»,  les digo que voy fatal…

Toñi se encarga del avituallamiento

Entramos en la Casa de Campo, veo a Pirri como a 100 metros por delante y tras un ligero intento de tratar de llegar junto a él…ya estoy en el KM 28, momento de tomar el gel que parece que me da un poco de alas.

    Llego a la cuesta del lago, escucho como gritan a Pirri los compis de R.C, (gracias a todos, recuerdo muchas caras de los que estabais allí pero para no olvidarme de nadie no os nombraré).

    Bajada por Avd. Portugal y otra vez está Toñi,(la deje bastante preocupada en P.PIO)la tranquilizó, desde aquí y hasta que vuelva a ver a Toñi al final de Virgen del puerto, la parte más fea de MAPOMA.

 Km 35 final del pasillo verde y saco la pulsera que hizo Chema para Valencia, tiempo de paso sub3 indica 2.30.00 yo paso por ahí en 2.29.22 ya tengo claro que es imposible y que tendré que pelear la mmp, sigo corriendo como puedo en torno a 4.50-4.55 y me planto en el km 41, 2.58 en mi reloj hay que apretar, aprovecho la bajadita y entro en Retiro, veo los arcos 1° 2° y el 3° que es el bueno, 3 horas 3 minutos y 29 segundos mmp algo es algo ¿no?

Rubén entrando en meta

Con esta cara de satisfacción cruzo la meta de la que creo ha sido la maratón que más y mejor he preparado, así que Odín hizo justicia.    .

El momento de dar las gracias:

    A Toñi por nuestra vida juntos y lo que me ha cuidado en esas últimas semanas de achaques maratonianos.

A todos y cada uno de los que me habéis convencido que tenía un gran momento de forma y que debía arriesgar.

A los que estabais por las calles o en meta animando Christian, Natalia, Vicente ,compis Deportes Madrid R.C, Maryam, Adrian y mi hermano dormilón Adri.

A Luismi por el «Sheldon Project» y que con su cara de alegría cuando le conté la marca, me lo dijo todo.

Y a Pirri por todos los Km compartidos en carrera y fuera de ella, mucho de lo del domingo te lo debo a ti.

  Ahora a por BENASQUE!!!

   Rubén

!!! SI  SE CREE Y SE TRABAJA, SE PUEDE !!!

Maratón de Sevilla

Empiezo la crónica de la Maratón de Sevilla un poco antes de la propia Maratón, porque para mí la Maratón ha sido la culminación de una serie de entrenos con los amigos corredores.  En especial los primeros entrenos del año con Chema y con Rubén que iban camino de su Maratón valenciana, y después de los compis Sera y Kike con los que hice la mayoría de los entrenos pero sin olvidar al señor Martinez, a Meme-Man (más conocido en su casa por Diego), a Marcos con sus tertulias futbolísticas, a Fernando con el que coincidí al final, a Jasi y sus geniales ocurrencias,  a Rober y sus mallas de comecocos, a la única mujer de los entrenos, Terecientos, y a todos con los que suelo coincidir esporádicamente por mis horarios de entreno en la casa de Campo y que dan esa nota de color y ánimo a los entrenamientos. Por supuesto nota especial a los que nos acompañaron y animaron en Sevilla. Va por todos vosotros¡¡¡

 

Lo principal fue que tenía tres objetivos y a mí se me cumplieron de sobra, a saber: reducción de peso, dominar la carrera y de paso mejorar el tiempo respecto al año pasado. Pero cómo le dije al Mister Luismi recién acabada la carrera, lo mejor de todo es que me he quedado con ganas de más. De entrenar más, de entrenar más fuerte, de hacer más carreras y de seguir mejorando y pasándomelo bien.

 

La carrera en sí comenzó en el tren. Nos juntamos una banda en el tren de ida a Sevilla y empezamos a calentar motores en la estación. Viaje comedido en el que tuve que hacer de tripas corazón y no irme a tomar unas cervezas con los compis al vagón restaurante. Fui bueno y me quedé tranquilo en el sitio. Por la noche quedamos la banda ferroviaria y las bandas que habían ido en coche y nos fuimos todos a cenar. Y lo mismo, fui bueno y pronto a la cama. El Sábado por la mañana lo dedicamos a ir a la Feria del corredor. Mucha gente que hace que se pase la mañana en un periquete, pero no me llama la atención nada de lo que veo. Excepto una cosa, nuestro gran compañero César, al que había visto poco más de una o dos veces en un año y en este Sábado vi tres veces. La primera en la entrada de la Feria del corredor, y más que verle le reconozco por su tono de voz inconfundible. La comida la hacemos todos juntos, pero los maratonianos nos ponemos en una mesa aparte para ver si nos pueden servir antes e irnos a echar un rato. Y en mitad de la comida vuelve el gran César. Estábamos en el mismo restaurante y en el mismo apartado¡¡¡Increíble¡¡¡¡.

Siestecita de rigor y paseo por el centro histórico de Sevilla, y al entrar en la Plaza de España….¿A que no adivinan quién estaba??, pues si, el gran César. El día concluye pidiendo unas pizzas ya que se nos ha hecho tarde y no nos atienden en ningún restaurante. Pero la cena en la terraza de la casa y echando unas risas nos carga las pilas. Ánimo a tope. Se nos ha hecho un poco tarde, cada uno a su habitación de manera precipitada. Preparo las cosas y últimos ajustes antes de dormir. Los isquios están cargados y el dolor del pie izquierdo ha vuelto y no parece que se vaya a pasar. Un masaje y a dormir. No extraño la cama y duermo bien. Madrugón para empezar la fiesta sevillana. Salimos y la primera tarea es buscar un taxi. Entre los que acaban la fiesta nocturna y los que intentamos llegar al Maratón no hay taxis. Los nervios afloran y ya voy tomando nota para siguientes carreras. Hemos ido tarde a todo, a la cena, a la carrera. Conseguimos un taxi en un brillante sprint cruzando la calle cuando Tere nos avisa y lo está parando ya. Camino a la salida me animo en conversar con el supuesto amigo de super-Jasi. En un momento que el va sacando dinero para pagar me dice Marcos que se nos ha colado en el taxi y que no le conocemos de nada. Estamos a punto de llegar a la Cartuja y estamos con una indignación que nos distrae de nuestro objetivo. Pero ya estamos en la Cartuja y vamos a los guardarropas.

Como hemos llegado con poco tiempo  no calentamos ni estiramos. Sera y yo nos vamos a nuestro cajón. De Rober, el tercer componente de esta carrera no sabemos nada. Ya le veremos que la carrera es larga. Pero seguimos sin calentar y ya estamos posicionados en el cajón. Definitivamente no hay calentamiento ni estiramientos. Cómo es una carrera larga no tiene tanta importancia como en una corta, pero entono el mea culpa. En mi caso, el estirar es imperativo y más llevando los isquios como los llevaba. Salimos y voy controlando de cerca los tiempos, tanto los isquios como la planta del pie están dando mucha guerra y le digo a Sera que ya me entonaré con el paso de los kilómetros y podremos ir más alegres. Así que la táctica escogida fue la de recoger los muebles desde el inicio. Cuando se me fuesen los dolores la carrera cambiaría, o no.

Voy notando que Sera va sobrado desde el inicio, casi siempre por debajo del 4:30 que nos hemos marcado, aunque como es el instantáneo no me preocupa, se que luego la media es ligeramente superior y si estará alrededor del 4:30. EL cuerpo de momento me respeta aunque no vaya fresco.

Sera va tenso, no habla ni hace bromas ni se presenta a medio Sevilla. No parece nuestro Sera¡¡¡ Denota que va a ir a por todas. Eso me gusta, pero ya voy afrontando que en breve el tirará y yo me quedaré. Pero hasta ese momento nos vamos animando mutuamente y voy controlando el reloj para no irnos por arriba ni por abajo en el crono. Todo bajo control, con dolores y sin frescura pero llevo todo bajo control, exprimiéndome pero sin sufrir en exceso. Y el que sea llano ayuda una auténtica barbaridad. Pasa el 5K y el 10K y los dolores no se van. Ya tengo claro que va a tocar sufrir, lo que no se sabe es cuánto. Esta carrera la tengo que correr con la cabeza. Eso me hará llegar al final. Los entrenos harán el resto.

En el 16k subidón, vemos a todos los amigos que nos han ido a animar y me invade una alegría inmensa. Beso a mi mujer que me da un subidón anímico y aceleró para coger a Sera, me doy cuenta que ya está Jero con nosotros. Jero nos habla y nos va contando la carrera. Nos hace de liebre, pero además de psicólogo y en mi caso de paraviento. Nuestra diferencia de tamaño hace que me pueda “esconder” detrás de él. Pasa él a controlar los tiempos, se pone delante de mío y le cojo la rueda. Y me convierto en la rata del Guadalquivir, cojo el rebufo y dejo que me lleven entre los dos mientras me van dando ánimos y preparando para todos los baches, curvas y rectas que tiene la carrera. Pero es que entre Sera y Jero se saben hasta las motas de polvo¡¡¡¡ En el camino nos hacemos compañeros de fatiga de un salmantino muy majo. Que además, si no recuerdo mal, hacía de globo en otras maratones.

Moi en acción

Pasamos  el estadio de Betis y primer mazazo, ver a Rober Villas en un punto de avituallamiento parado. La verdad es que ver a un compañero parado no da buen rollo. En esos momentos pensé que había recaído en la lesión y que tenía que abandonar y lo comentamos Jero y yo. (En la comida posterior, hablando con él, me contó lo sucedido y menos mal que  no hubo lesión)

 

No sé en qué kilómetro, pasado el 21 pero antes del 27, les pido a los compañeros de fatigas que relajen un poco. Van ligeramente fuertes y noto que me tengo que esforzar y aún queda mucha carrera. En el 27 Sera decide salir y empezar a correr. Yo me siento aliviado, me sentía culpable de ir  frenándole. Me quedo con Jero y el compi salmantino que llevaba varios km con nosotros. Empiezo a notar las piernas tensas por el km 32,pero eso no es lo peor de este kilómetro. En ese kilómetro nos encontramos a Kike andando y le decimos que se enganche. Nos cuenta que se ha puesto muy malo y que ha tenido que parar,  yo me quedo flipando. No entiendo nada y me da un escalofrío el cuerpo. Adelanto el último gel del 35 al 34 para ver si me recupera. Empezamos a entrar en la plaza de España y tengo que hacer un análisis profundo porque veo que estoy “chopped total”. Los cuádriceps se me han quedado rígidos y cualquier rastro de frescura es un espejismo. Relajo definitivamente para irme recuperando. Sé que aunque quedan unos km lo tengo en el bolsillo, y es el momento de cumplir mi objetivo de que no se me vaya la cabeza. Jero me anima diciéndome que ya solo me queda “un laguito” y que está hecho, jejejeje. Nos esperan otro grupo de amigos que nos animan, pero voy tan concentrado y extenuado que tengo vagos recuerdos de los saludos y los ánimos. Empezamos a ir por el centro y mantengo el ritmo mermado que me he marcado. No quiero mirar el reloj, sé que he hundido el ritmo pero no quiero sugestionarme y darme un calentón innecesario. Jero se despide dándome ánimos y le digo que lo tengo hecho. Yo sabía en mi interior que lo tenía hecho. Si hay que bajar a CCL o XXCCL, se baja y acabo al trantran, pero a mí no me va a impedir nadie llegar a la Cartuja. Pensamientos positivos a tope para seguir moviendo las piernas. Tengo un gel extra para una emergencia, pero evalúo y decido no tomármelo, las piernas van fritas y a lo mejor un último chute lo que me da es dolor de tripa o similar, y cualquier situación imprevista resta posibilidades de llegar a meta, así que no hay que hacer experimentos. Posteriormente vi en casa que en este tramo bajo el crono del entorno de 40 seg/km. Eso debió ser el tramo del 39K aprox. Dos hechos que hubo que dominar para que la carrera no acabase en desastre acontecieron también allá por el 39K. El primero un corredor que me empuja y casi me tira, le grito y casi damos al traste con todo. Parece mentira que en el kilómetro 39 aún pueda pasar algo de este estilo, pero por desgracia pasa. Y el segundo y más grave, Kike me dice que va mareado. Intento razonar con él para que pare, pero las ganas de llegar a la meta le pueden. Entre mi cansancio y nuestra mutua incapacidad de entendernos me frusto ya que en mi mente le están pasando mil cosas y ninguna buena. Me dice que aguanta hasta que vea a las chicas que nos van a animar en el puente de la Cartuja.  Prefiero ni pensarlo, tenemos los nervios a flor de piel y la cabeza bastante mermada así que sigo. Llega el 40.5 y en el puente de la Cartuja vemos a las chicas. Subidón moral total, pero no anímico, el cuerpo está reventado, beso a mi mujer y a seguir. En cuanto veo el siguiente aprovisionamiento me tiro a por el agua pero sobre todo a por el aquarius. Pasado el aprovisionamiento tengo claro que no debe quedar mucho, pero pienso que me harán dar la vuelta al estadio antes de entrar,  así que mantengo el ritmo. Cuando me doy cuenta estoy entrando directo al estadio, lo tengo hecho. Cuidado con la primera parte ya que está a oscuras y no quiero una caída, aunque  es cuesta abajo no acelero ni me dejo llevar. En el tartán del estadio empiezo a ver a la gente acelerar nada más pisarlo, yo mantengo la cabeza. Es casi una vuelta y no estoy para excesos. Espero mi momento. Y el momento llega, tartan azúl, la recta final. Es mi momento, miro al público y les señalo, hago unos aspavientos y después de un giro de brazo apunto a la meta.

Moi entrando en meta

Moi entrando en meta

Acelero y hago mi consabido sprint final. (3:41 de velocidad punta según el crono). Cruzo la meta y empiezo a buscar a Sera. Trabajo hecho pero es hora de ir a compartirlo con el compañero de fatigas y entrenos. De hecho me acuerdo que ni he mirado el crono en el  que he cruzado la meta y tampoco he parado el crono. Lo paro y veo en mi crono 3h 16min 10seg. Media de 4:34. Me he ido 4 décimas de segundo, pero no me importa nada. Estoy feliz, mientras voy buscando a Sera vienen a ponerme un plástico para no quedarme frio, me hacen una foto y ya en mitad de la foto oigo que Sera me llama. Abrazo con el compañero de carrera y nos vamos a que nos hagan una foto juntos.

Moi y Sera felices

Aunque físicamente no lo hemos podido acabar juntos es como si lo hubiéramos hecho. Vamos viendo cómo van llegando el resto de los compañeros, recogen la ropa del ropero, y empezamos a hablar. Chema “el salvador”  me deja parte de su ropa ya que empiezo a notar frio. Llegan las super animadoras y esperamos en el césped a estar todos para irnos. Pero mi mente pasa todo ese tiempo ausente, ya estoy rehaciendo la carrera en mi mente, buscando los fallos y los aciertos. Tengo ganas de más. Empezamos a pensar en el próximo reto, pero eso, ya es otra historia….

 

 

Moisés Gismero

SÍNDROME DE STHENDHAL

Dicen que en Florencia te puede dar un colapso de admirar tanto arte, que se te bloquea el sistema nervioso etc etc….
Lo que no advierte nadie es que correr el maratón de Florencia, te puede dar el síndrome de las gambas duras…. aunque a lo mejor tengo el honor de que le pongan mi nombre a un síndrome, aunque no sé si me convence 🤔
Del maratón en si, mi sensación es que es muy casero, una feria pequeñita, 8000 corredores más menos, y un recorrido chulo, salida y llegada en la plaza del Duomo, un poco apretados pero espectacular, tocamos todos los palos posibles, parques, avenidas, incluso sobre el km 28 cruzas una pista de atletismo, pero a mi modo de ver lo mejor es él callejeo, que es verdad que a lo mejor para un maratón no es lo más apropiado pero a mí me encanto.
Pero no nos desviemos del tema, salida buscando ritmos y sensaciones, lo primero lo encuentro rápido, lo segundo todavía ando en ello. Pero como puede ser que una ciudad que inspiró a Miguel Ángel, Botticelli, Dante etc etc. Yo no encuentre a las musas? Como diría Sabina se han olvidado de mí.

Florencia que bella es
El caso que en el km 10 ya voy raruno, ¿por favor las musas?  En el 15 las patas me duelen estoy deseando llegar a la media, aunque no tengo muy claro porqué, por que cada vez voy más dolorido, pasó en 1h28’31» voy en tiempo, pero no me engaño esto huele mal, empiezo a bajar el ritmo y ya llevo las gambas (como dicen aquí) fritas.
En el 29 echo a andar, los que no habéis vivido esta experiencia ya os la cuento yo, tu cabeza te dice no pares que es peor, tus piernas gritan «para YA». Con este conflicto interno, paro? no paro?sigo? me voy al hotel?. Entre ese dilema y que la diferencia entre andar y correr no es apreciable, me paro en un avituallamiento cojo agua y pienso, a ver Pirri, no tienes ni idea de dónde estás, así que sigue como puedas y ya llegaras. Eso sí, intenta llevar un trote elegante dentro de las posibilidades que manejas hoy, que no parezca que te arrastras. Pues me pongo otra vez al lío, parece que la parada me ha sentado bien, empiezo a coger ritmo y me pongo a un ritmo de 4’30», bueno por lo menos voy a maquillar un poco y así no se me hace tan largo, ¡¡espejismo!! las gambas empiezan a quejarse y otra vez a andar, trotar, andar y así hasta meta.
Pues eso, que mi 20 maratón disfrutar lo que se dice disfrutar…

Pirri junto a Jon, Charo e Ibon

Pirri junto a Jon, Charo e Ibon

Así que tendré que volver a Florencia a quitarme la malaespina, que por cierto así se llamaba el hotel, ¿sería una señal?.
Pero bueno, como a mí no me gusta tener asuntos pendientes volveré, a pegarme con el monstruo, con Miguel Ángel, con las musas y con las gambas.
Ale pues!!!

Pirri